Tratamiento

Adicción al alcohol

¿Cómo dejar el alcohol?

El alcohol es una sustancia tóxica para nuestro organismo y con un alto grado de componente adictivo. Desgraciadamente, el hecho de que sea un consumo aceptado socialmente, incluso premiado en algún contexto, dificulta que seamos conscientes cuando el consumo de forma esporádica pasa a ser un trastorno por consumo de sustancias.

El alcohol tiene un efecto depresor del sistema nervioso central, lo que implica que a pesar de que en dosis bajas de consumo se tenga una sensación de aumento de energía y un efecto desinhibidor en los primeros momentos, más adelante generará somnolencia y relajación.

El consumo continuado y excesivo de alcohol tiene graves repercusiones a nivel físico, psicológico, familiar y social. También suele afectar en el ámbito académico y/o laboral, económico y legal.

Con el paso del tiempo, tomar demasiado alcohol puede cambiar el funcionamiento normal de algunas áreas del cerebro relacionadas con el placer, el juicio y el razonamiento, y nuestro comportamiento.

En este tiempo, se puede pasar de un abuso a una adicción al alcohol.

Cómo hemos dicho, el alcohol es una de las drogas más aceptadas socialmente y no es fácil darse cuenta cuando se ha pasado de un abuso del alcohol a una adicción al alcohol y podemos necesitar tratamiento especializado. Estos son algunos signos que te pueden hacer reflexionar:

  • Necesidad urgente o deseo incontrolable de consumir alcohol.
  • Pérdida de la capacidad para controlar el consumo, dificultad para iniciar o parar la ingesta y para regular la cantidad.
  • Aparición de síntomas de abstinencia cuando se deja de consumir durante unos días, como por ejemplo sudoración, temblores en las manos o palpitaciones.
  • Incremento constante de la cantidad de alcohol necesaria para conseguir los efectos esperados.
  • Abandono gradual de las actividades cotidianas.
  • Consumo continuado de alcohol a pesar de las consecuencias negativas que comporta.

Las 3 fases del tratamiento
para dejar el alcohol

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Fase 1

Desintoxicación

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El objetivo principal de esta fase es conseguir la desintoxicación física del alcohol. A menudo se tiene que acompañar de un tratamiento psicofarmacológico durante los primeros días, para contrarrestar el malestar físico que puede aparecer a causa de la abstinencia (tremores, ansiedad, etc.), para ayudar a estabilizar las fases del su-vigilia, o para hacer una desintoxicación progresiva para evitar el síndrome de abstinencia al alcohol.

La medicación en los tratamientos para el alcoholismo no siempre es necesaria. Depende de cada caso y situación particular. Durante la fase de desintoxicación hay un seguimiento médico continuo, con profesionales expertos en la desintoxicación física del alcohol.

Fase 2

Deshabituación

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Desde el inicio del tratamiento por el alcoholismo, se empieza a trabajar con terapia psicológica, tanto en sesiones individuales como de grupo. Las primeras dos semanas sirven para establecer un vínculo terapéutico, conocer la historia de vida de la persona y trabajar el reconocimiento del problema, mientras se va consiguiendo la desintoxicación física y la persona cada vez se va encontrando mejor.

Es a partir de la segunda semana, aproximadamente, que se puede empezar a trabajar la deshabituación en el alcohol. La persona, ya no tiene una necesidad física de consumo, a pesar de que acostumbra a seguir teniendo deseos de beber alcohol.

Se trabaja la adicción en el alcohol en sí, los aspectos emocionales relacionados, qué es lo que ha inducido a la persona a desarrollar una relación de dependencia al alcohol, el craving y la prevención de recaídas. A la vez, se evalúa si hay otras patologías mentales asociadas.

Una de las características de los tratamientos para dejar el alcohol de Mas Ferriol es que son de una duración corta. Entendemos la adicción como expresión y síntoma de conflictos personales, y creemos importante que la persona retome su día a día lo antes posible una vez se ha conseguido la abstinencia y se ha trabajado la deshabituación en el alcohol. La intensidad de la terapia personalizada permite realizar un tiempo de ingreso más corto.

Por eso, la persona ingresada puede mantener el contacto con aquellas personas importantes de su entorno, y trabajar las relaciones familiares y de pareja, que suelen estar dañadas. También se realiza un acompañamiento a las personas estimadas, puesto que están incluidas las terapias familiares y de pareja, para enseñar de qué manera pueden ayudar en el proceso. Antes de finalizar el tratamiento residencial, la persona tiene que haber hecho varias salidas a casa.

Fase 3

Mantenimiento

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La fase de mantenimiento consiste en hacer un seguimiento ambulatorio. Son visitas semanales de 1 hora aproximadamente. A medida que la persona va consolidando la abstinencia al alcohol, las visitas se van espaciando en el tiempo. Se trata de hacer un acompañamiento a la persona en la nueva etapa de su vida donde el alcohol no tiene cabida.

En las visitas se hacen analíticas de orina de control. Estas visitas ambulatorias de seguimiento se pueden hacer a:

  • Mas Ferriol
  • A nuestra consulta médica de Barcelona

En los casos específicos en que la persona que hace el tratamiento residencial de desintoxicación al alcohol en Mas Ferriol viene derivado de otro profesional (psicólogo o psiquiatra), la fase de mantenimiento se llevará a cabo con este profesional, y el equipo de Mas Ferriol solo se hará cargo de la fase 1 y 2.

En otros casos, en que la distancia física dificulta hacer las visitas presenciales con el Equipo de profesionales de Mas Ferriol, se buscará la forma más idónea de hacer este seguimiento ambulatorio.

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Otras dudas sobre la adicción al alcohol

El consumo continuado y excesivo de alcohol tiene graves repercusiones a nivel físico, psicológico, familiar y social. También suele afectar en el ámbito académico/laboral, económico, e incluso, legal.

En algunas personas, la reacción inicial puede ser una sensación de aumento de energía, con efecto desinhibidor. Pero a medida que continúas bebiendo, te genera somnolencia, pierdes el control de tu adicción al alcohol, incluso llegando a un estado de ánimo apático y deprimido.

Con el paso del tiempo, tomar demasiado alcohol puede cambiar el funcionamiento normal de algunas áreas del cerebro relacionadas con el placer, el juicio y el razonamiento, y la manera como nos comportamos. En este tiempo, se puede pasar de un abuso a una adicción al alcohol.

El alcohol en exceso también afecta el habla, la memoria, la coordinación muscular, además de comportar importantes repercusiones a nivel físico como por ejemplo:

  • Presión arterial alta
  • Problemas cardíacos
  • Desnutrición
  • Sangre de estómago o esófago,
  • Daños en el hígado,
  • Cáncer de esófago, hígado, colon y otras áreas.

Un consumo excesivo de alcohol puede provocar, incluso, un coma que ponga en riesgo la vida. Si estáis preocupados/as y/o conocéis alguien que bebe demasiado, quizás necesitáis ayuda para conocer y saber si se trata de un abuso o de una adicción al alcohol, y cómo afrontar el problema.

Si os sentís identificados con algunas de estas situaciones, lo más probable es que tengáis una adicción al alcohol y necesitáis ayuda profesional para vuestra recuperación.

  • He intentado reducir la cantidad que bebo, sin éxito.
  • Tengo dificultades para limitar la cantidad de alcohol que bebo.
  • Dedico mucho tiempo a beber, a conseguir alcohol, o a recuperarme del consumo de alcohol.
  • Siento fuertes ansias de beber.
  • A veces he estado incapaz/a de cumplir obligaciones importantes al trabajo, la escuela o a casa, a causa del consumo reiterado de alcohol.
  • Continúo con el consumo de alcohol a pesar de saber que me provoca problemas físicos, familiares, laborales o personales.
  • No cumplo o abandono las actividades sociales y laborales, y los pasatiempos, para consumir alcohol.
  • He tomado alcohol en situaciones poco seguras, como conducir o al atender mi bebé.
  • Necesito tomar más para sentir el efecto o tengo menos efecto, con la misma cantidad (tolerancia).
  • Tengo síntomas de abstinencia, como náuseas, sudoración y tremores, cuando no bebo, o bien bebo para evitar estos síntomas.

Si usted bebe desde hace tiempo y de manera intensa, y reduce significativamente o suspende su consumo bruscamente, puede ser que sufra la abstinencia al alcohol, con síntomas que pueden ser graves.

Dejo de beber y no me encuentro bien ¿qué me pasa?

La abstinencia al alcohol aparece pocas horas después de interrumpir el consumo habitual, llega al máximo a los 3-4 días y comprende los síntomas siguientes:

  • Sudoración, piel fría y húmeda
  • Aceleración de los latidos del corazón
  • Tremores en las manos y otras partes del cuerpo
  • Insomnio
  • Náuseas y vómitos
  • Alucinaciones (ver o sentir cosas que no existen)
  • A veces, convulsiones
  • Inquietud y agitación
  • Ansiedad
  • No pensar con claridad
  • Confusión
  • Pérdida de hambre
  • Dolor de cabeza
  • Pupilas dilatadas
  • Fatiga
  • Irritabilidad


La afección en la abstinencia al alcohol es grave y se puede convertir incluso en una situación mortal, especialmente si se presentan signos de Delirium Tremens.

En caso de beber grandes cantidades, os recomendamos reducir la ingesta progresivamente.

En caso de sufrir los síntomas de la abstinencia al alcohol de manera moderada a grave, os recomendamos que acudís al servicio de urgencias más próximo o solicitáis nuestra intervención en la Clínica Mas Ferriol para recibir el tratamiento de desintoxicación adecuado, reducir los síntomas, hasta conseguir la abstinencia completa y tratar el problema de la adicción al alcohol.

Dejar el alcohol, especialmente después de un consumo prolongado o en grandes cantidades, puede generar una serie de beneficios físicos, mentales y emocionales que mejoran significativamente la calidad de vida. Aunque los resultados pueden variar según la persona, estos son algunos de los cambios más comunes que pueden ocurrir después de dejar el alcohol:

  • Mejora de la salud física:
    • Hígado: Una de las áreas más afectadas por el consumo de alcohol es el hígado. Dejar de beber puede permitir que el hígado se regenere y mejore su funcionamiento, lo que es crucial para prevenir enfermedades graves como la cirrosis.
    • Peso corporal: El alcohol es alto en calorías vacías, por lo que al eliminarlo, muchas personas experimentan una pérdida de peso o una mejora en su metabolismo.
    • Piel: El alcohol deshidrata el cuerpo y la piel. Dejar de beber puede resultar en una piel más sana, con menos enrojecimiento, inflamación y sequedad.
    • Sistema inmunológico: Al dejar el alcohol, el cuerpo puede combatir infecciones de manera más efectiva, ya que el alcohol debilita el sistema inmune.
  • Mejora del estado mental y emocional:
    • Mejoría en el estado de ánimo: El alcohol puede causar o agravar la depresión y la ansiedad. Al dejar de beber, es común experimentar un aumento en la estabilidad emocional y la reducción de los síntomas de ansiedad.
    • Mejor claridad mental: Dejar el alcohol permite que el cerebro se recupere, lo que se traduce en una mayor concentración, memoria y capacidad de toma de decisiones.
    • Relaciones más saludables: Al dejar el alcohol, muchas personas encuentran que sus relaciones mejoran, ya que hay menos conflictos relacionados con el comportamiento bajo los efectos del alcohol.
  • Mejora en la calidad del sueño:
    • Aunque el alcohol puede inducir somnolencia, interfiere con los ciclos de sueño profundo, lo que provoca fatiga. Al dejar de consumirlo, se mejora la calidad del sueño, lo que se traduce en más energía y bienestar general.

La idea de volver a beber de manera moderada después de haber sido adicto al alcohol es una cuestión compleja y muy debatida en la comunidad de tratamiento de adicciones.

  • Para la mayoría de las personas con alcoholismo, la abstinencia total es generalmente la única solución segura. La adicción altera el cerebro de tal manera que volver a un consumo moderado es extremadamente difícil y peligroso. El consumo controlado tiende a reactivar los patrones de abuso rápidamente.
  • Los riesgos de recaída: Incluso si alguien que ha sido adicto intenta beber de manera moderada, existe un alto riesgo de que vuelva a los mismos patrones destructivos. La tentación de consumir más de lo planeado es elevada, y es fácil perder el control de nuevo.
  • Excepciones y matices: Aunque hay algunos casos de personas que afirman haber logrado un consumo moderado después de la adicción, estos son poco frecuentes y no recomendados por la mayoría de los profesionales de la salud. La adicción es una condición crónica, y mantener la abstinencia total es generalmente la vía más segura y efectiva para evitar recaídas.

El tiempo que toma desintoxicarse del alcohol varía según la gravedad del consumo, la duración del mismo y el estado de salud general de la persona. El proceso de desintoxicación física generalmente se divide en varias fases:

  • Fase inicial (6-12 horas):
    • Los síntomas leves de abstinencia pueden comenzar dentro de las primeras 6 a 12 horas después del último consumo de alcohol. Estos pueden incluir ansiedad, sudoración, temblores, náuseas y aumento del ritmo cardíaco.
  • Fase aguda (24-72 horas):
    • En las primeras 24 a 72 horas, los síntomas de abstinencia pueden alcanzar su punto máximo. En casos más graves, pueden aparecer convulsiones, alucinaciones o incluso delirium tremens (DT), una condición peligrosa que requiere atención médica inmediata.
  • Fase posterior (3-7 días):
    • Los síntomas más graves suelen disminuir después de 5 a 7 días, aunque algunas personas experimentan síntomas leves como insomnio, fatiga o irritabilidad durante semanas o meses.
  • Recuperación a largo plazo:
    • La desintoxicación física es solo el primer paso. La recuperación psicológica y emocional puede tardar mucho más tiempo, y algunas personas pueden necesitar meses o incluso años para estabilizarse completamente. El apoyo continuo, como la terapia y los grupos de apoyo, es clave durante esta fase.

Sí, dejar de beber alcohol de forma abrupta después de un consumo prolongado o excesivo puede ser muy peligroso. El síndrome de abstinencia del alcohol puede provocar síntomas graves e incluso mortales, dependiendo de la cantidad de alcohol que la persona consuma regularmente y de la duración del consumo.

  • Síntomas leves a moderados:
    • Estos incluyen ansiedad, temblores, sudoración, náuseas, vómitos, dolores de cabeza, insomnio y cambios de humor.
  • Síntomas graves:
    • Convulsiones: Pueden ocurrir dentro de las primeras 24-48 horas después de dejar de beber, y son una de las complicaciones más serias.
    • Delirium tremens (DT): Este es el síntoma más grave del síndrome de abstinencia, que ocurre generalmente entre las 48-72 horas después de dejar el alcohol. Puede causar confusión extrema, alucinaciones, agitación, fiebre alta y convulsiones. Es potencialmente mortal si no se trata.
  • Tratamiento médico: Si una persona ha estado bebiendo en exceso durante un período prolongado, es crucial que busque asistencia médica para desintoxicarse de manera segura, ya que podría necesitar medicación para prevenir convulsiones o delirium tremens.

Muchas personas recurren al alcohol como una manera de lidiar con el estrés, por lo que dejarlo implica aprender a desarrollar nuevas estrategias para manejar situaciones difíciles. Algunas formas saludables de gestionar el estrés incluyen:

  • Ejercicio físico: El ejercicio libera endorfinas, que son neurotransmisores que generan bienestar. Además, la actividad física reduce la tensión muscular y mejora el estado de ánimo, convirtiéndose en una excelente manera de canalizar el estrés.
  • Técnicas de respiración y meditación: La meditación mindfulness y las técnicas de respiración profunda pueden ayudar a reducir los niveles de ansiedad y estrés. Estas prácticas fomentan la atención plena, permitiendo a las personas enfrentar el estrés sin recurrir a sustancias.
  • Terapia o asesoramiento: La terapia cognitivo-conductual (TCC) es muy efectiva para enseñar a las personas a identificar los pensamientos negativos y a desarrollar habilidades para manejar el estrés. Hablar con un terapeuta también proporciona herramientas para afrontar situaciones difíciles sin depender del alcohol.
  • Redes de apoyo: El apoyo social es crucial. Tener amigos o familiares con quienes compartir preocupaciones y recibir apoyo emocional puede hacer una gran diferencia en la forma de gestionar el estrés. Los grupos de apoyo como Alcohólicos Anónimos también proporcionan un entorno donde compartir experiencias y obtener consejos útiles.
  • Hobbies o actividades creativas: Involucrarse en actividades que resulten placenteras, como la lectura, el arte, la jardinería o la cocina, es una excelente manera de distraerse y canalizar la energía de forma positiva.

La adicción al alcohol es una combinación compleja de dependencia física, emocional y psicológica. A pesar de las mejores intenciones, muchas personas encuentran difícil dejar de beber por varias razones:

  • Dependencia física: El alcohol altera los neurotransmisores en el cerebro, y con el tiempo, el cuerpo comienza a depender de él para funcionar normalmente. Cuando se deja de beber, el cerebro experimenta síntomas de abstinencia, lo que hace que la persona desee beber más para aliviar el malestar.
  • Factores emocionales: Muchas personas utilizan el alcohol como una forma de enfrentar problemas emocionales como la ansiedad, la depresión o el estrés. La dependencia emocional que el alcohol crea hace que sea más difícil dejar de beber, ya que la persona lo asocia con alivio o escape.
  • Ciclos de comportamiento: La adicción crea hábitos profundos y patrones de comportamiento que son difíciles de romper. Las situaciones sociales, los desencadenantes emocionales o el entorno cotidiano pueden hacer que la persona recaiga.