¿Cómo ayudar a un familiar adicto al alcohol?

Vamos a tratar:

Ideas principales

  1. Tipos de consumo problemático: Bebedor dependiente (diario), bebedor social (desinhibición), bebedor ocasional excesivo (consumo descontrolado), y «binge drinking» (botellón).
  2. Factores de riesgo: Mala gestión emocional, uso del alcohol como escape, y mayor vulnerabilidad en adolescentes.
  3. Señales de abuso: Cambios de comportamiento, mayor tolerancia al alcohol, accidentes, problemas laborales o familiares.
  4. Cómo ayudar: Desmontar mitos, generar conciencia sobre el problema, e intervención grupal si es necesario.
  5. Tratamientos disponibles: Psicoterapia, medicación, desintoxicación supervisada y, en casos graves, ingreso en un centro especializado.

Formas de abusar del alcohol

Existen diferentes patrones de consumo que están asociados a factores culturales y también a diferentes modas.

Por un lado, tenemos a una persona que consume alcohol y presenta dependencia física. Esta persona necesita beber a diario, ya que se despierta temblando y con malestar debido al síndrome de abstinencia. Para aliviar estos síntomas, necesita tomar una primera cerveza o copa de vino, lo que le permite dejar de temblar y estabilizarse.

Luego está el bebedor social, esa persona que quizás no bebe habitualmente pero que, cuando está con otras personas interaccionando, ya sea por su timidez o por sus dificultades para relacionarse, utiliza el alcohol como una forma de desinhibirse. Esto muchas veces puede llevar a que haya un consumo abusivo.

Tenemos también el caso de la persona que, aunque solo bebe en ocasiones especiales, lo hace de manera desproporcionada, lo que le ocasiona consecuencias, aunque beba solamente una vez al mes o una o dos veces al año. Por ejemplo, puede ocurrir que el día que va a alguna fiesta o celebración tenga un accidente y haga daño a alguien o a sí mismo, o puede que tenga una discusión con su pareja que no tendría en situaciones habituales, entre otras posibles consecuencias. 

Es importante destacar que esta nueva forma de consumir alcohol, siempre ha sido muy propia de las sociedades del norte de Europa, y que hasta hace no mucho no había sido tan característica de los países mediterráneos, en los que se ha ido imponiendo especialmente entre las personas jóvenes. 

perfiles de bebedor de alcohol perfiles de bebedor de alcohol

Es crucial destacar esta nueva forma de consumir alcohol, característica de las sociedades del norte de Europa, que hasta hace poco no era tan común en los países mediterráneos, pero que ha ido imponiéndose, especialmente entre los jóvenes.

Este consumo de alcohol al que se conoce como tipo vinz, que significa beber grandes cantidades de alcohol en poco tiempo y con la intención de emborracharse, ha dado paso a lo que llamamos “botellón”. 

Muchos de estos jóvenes no saben cómo divertirse sin que haya ese componente de intoxicación porque no han tenido un aprendizaje de cómo socializar, de cómo bailar, de cómo relacionarse con alguna persona que les gusta sin que exista entre medias el consumo sobre todo de alcohol y también de otras sustancias. 

¿Cuándo el abuso al alcohol puede convertirse en adicción?

Hay factores que predisponen a que el abuso al alcohol se convierta en una adicción. 

Fundamentalmente, se produce en personas que tienen dificultades para gestionar sus sentimientos, o en personas muy expresivas y dramáticas que descubren que el alcohol les permite de alguna manera superar situaciones emocionales que no saben manejar de otra forma.

Estas personas añaden al aspecto lúdico y social del consumo esa otra condición que no tenían prevista y descubren durante las primeras experiencias de consumo, que el alcohol les permite no sentir y esconder o dejar atrás esas situaciones que se les escapan de las manos; como por ejemplo tener un problema con la pareja, con la familia, con el trabajo, etc.

Por lo tanto, esa intoxicación tiene un factor de alivio de ese malestar psíquico, y consecuentemente esas personas van a tener muchas más probabilidades de acabar desarrollando un problema con el alcohol.

En los adolescentes, la dificultad es que pueden tener una mayor tendencia a la inestabilidad emocional, propia de los cambios que se producen durante esta etapa de la vida. Entonces, es más complicado saber si estamos ante alguien que está abusando del alcohol y lo va a dejar de hacer en el momento en que madure, o si está haciendo ese aprendizaje de gestión de sus sentimientos de manera equivocada. 

¿Cómo detectar si una persona cercana abusa del alcohol?

Los primeros indicadores son evidentemente los cambios de comportamiento y de funcionamiento, aunque algunas personas son muy hábiles en esconder que están bebiendo. 

Normalmente el alcohol produce dos efectos muy claros:

  • 1. Un efecto activador con el consumo de las primeras cantidades de alcohol, donde la persona se desinhibe, habla más y está mucho más expansiva en su estado de ánimo.
  • 2. Así como, cuando estas cantidades aumentan se pasa a una fase depresiva donde la persona no tiene ganas de nada y se duerme en cualquier lugar, está con mucha menos actividad de la habitual e incluso empieza a ser torpe en sus comportamientos motores; puede tropezar, se puede caer, le cuesta hablar, etc.

Estos serían indicadores de una persona que se está intoxicando con alcohol.

Por otra parte, la mayoría de las veces sucede un efecto que llamamos tolerancia al uso continuado de una sustancia, que también ocurre con el alcohol.

Esto hace que mientras que, al principio, con una cantidad pequeña de alcohol, parece que una persona está visiblemente borracha, luego sea capaz de beber cantidades mucho más grandes sin que se note.

Cuanto más tiempo lleva bebiendo la persona, mejor tolera el alcohol, ya que se produce una activación de los procesos enzimáticos en el hígado, es decir, de los procesos que permiten degradar el alcohol dentro del cuerpo.

También puede haber otros indicadores de que una persona está abusando del alcohol:

·  El gasto excesivo de dinero.

  • El tiempo que uno pasa en actividades de sobremesa después de comer o en el bar.
  • Pequeños accidentes con el coche.
  • Dar positivo en alcoholemia.
  • Cambios visibles en los comportamientos, donde se puede estar más agresivo, más pesado, etc.  Como por ejemplo una persona que no deja de hablar, que te abraza o que te cuenta historias íntimas que quizás no te contaría en otras condiciones.

¿Cómo podemos ayudar a una persona cercana que tiene un problema con el alcohol?

El primer paso para que una persona pueda hacer un cambio, es que reconozca su problema. Esto muchas veces es una dificultad y más aún con una sustancia como el alcohol, que tenemos de forma omnipresente en nuestra sociedad. Ya que hemos incorporado el uso del alcohol como una forma de relación social, cultural y gastronómica.

En las consultas cuando preguntamos a un paciente cuánto bebe, suele contestar que bebe lo normal. Muchas veces esas cantidades que uno considera normales son cantidades claramente perjudiciales. De hecho, es un tema en actual revisión ya que especialistas están valorando que quizás esas cantidades que pueden producir efectos perjudiciales són todavía menores a las que se creía. 

A nivel social, muchas veces se considera que tomarse unas copas no es un problema. Muchas personas tienen la creencia de que cuando beben, no se ven afectados sus comportamientos o sus capacidades como por ejemplo; para conducir. En realidad, al comenzar a intoxicarse, hay una clara disminución de la atención y de la concentración, así como, desinhibición y dificultades para realizar diversas operaciones mentales. 

De modo que, el primer paso va a ser desmontar estos mitos y creencias sobre el hecho de que el alcohol es inocuo o que no trae perjuicios. A partir de aquí, cada persona es única y es imprescindible que exista la posibilidad de que cada uno realice su propia valoración y descubra por sí misma hasta qué punto le afecta ese consumo.

Por otra parte, destacar que hay comportamientos que pueden ser indicadores de que uno tiene un problema. Algunos de estos són; los gastos económicos, los problemas en el trabajo, discusiones con la pareja, desatención de los hijos, etcétera. Además, es relevante  tener en cuenta las valoraciones de la gente del entorno de la persona cuando coinciden en qué ésta está haciendo un uso abusivo y problemático del alcohol.

ayudar a familiar con problemas de alcoholemia ayudar a familiar con problemas de alcoholemia

Hay muchas formas de que la persona pueda tener datos objetivos de que está teniendo un problema, pero para que lo pueda aceptar a veces se necesita que las personas del entorno sean capaces de poder explicarle aquello que están viendo. 

Por lo tanto, un elemento imprescindible va a ser sincerarse. Poder sentarse y decirle a la persona, aunque de entrada no lo quiera escuchar, que se está viendo que tiene una problemática con el consumo de alcohol. 

En ocasiones, resulta útil realizar lo que se denomina una intervención. Este es el momento en el que varias personas, que coinciden en reconocer que el consumo está siendo problemático, se reúnen para abordar la situación. El objetivo es encontrar el momento más adecuado, cuando la persona que tiene el problema con la sustancia esté más receptiva, para que pueda escuchar las preocupaciones y los datos que le pueden ayudar a reflexionar sobre su relación con esa sustancia.

¿A nivel profesional qué tratamientos existen para ayudar a una persona adicta al alcohol?

A nivel profesional hay diversas formas de intervención y en la mayoría de los casos se usan de una forma combinada.   

Existen diversas formas de intervención que se han probado a lo largo del tiempo, muchas de las cuales han demostrado ser efectivas, y en la mayoría de los casos se usan de forma combinada. 

No existe un tratamiento mágico, como una pastilla que solucione el problema de la adicción, ya sea al alcohol o a cualquier otra sustancia. Generalmente, es necesario recurrir a una combinación de diferentes tratamientos, destacando la importancia de la psicoterapia. La cual permite a la persona hacer una introspección para facilitar su autoconocimiento y la identificación de las causas de la adicción al alcohol y los conflictos derivados del abuso de la sustancia.

Para abordar esta problemática, existen intervenciones grupales, terapias individuales que desempeñan un papel crucial al permitir profundizar en cuestiones específicas y personales relacionadas con el problema de alcoholismo. Por otro lado, también existen tratamientos biológicos que incluyen medicamentos diseñados para ayudar a reducir el consumo de alcohol.

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A veces el consumo de alcohol ha provocado un deterioro físico importante y la desintoxicación de alcohol es de las pocas que necesitan en muchos casos una supervisión médica cercana, porque pueden existir complicaciones en el momento que una persona que está claramente intoxicada y depende físicamente del alcohol lo tiene que dejar. Esta condición es conocida como delirium tremens que es una situación de complicación grave cuando una persona que bebe cantidades grandes de alcohol cesa el consumo porque no tiene acceso al alcohol o porque lo quiere dejar bruscamente los consumos. En este caso hay que hacer un tratamiento y seguimiento médico que permita en un momento determinado minimizar los posibles riesgos de esta falta de alcohol.

Además también existen medicamentos que sirven para barrar el paso a la posibilidad de beber, conocidos como interruptores, que son fármacos que la persona toma cuando ya está desintoxicada con la intención de evitar una recaída. El más conocido en el mercado actual es el antabus.

La función de este medicamento es bloquear uno de los pasos enzimáticos necesarios para la degradación del alcohol en el hígado, lo que provoca la acumulación de una sustancia tóxica en el organismo.

Si una persona que está tomando este fármaco consume alcohol, experimentará efectos desagradables en las horas siguientes, como palpitaciones, enrojecimiento intenso de la piel, picores, malestar general y otros síntomas desagradables. Lo que haría que por el hecho de evitar las consecuencias y no vivir esa situación desagradable, la persona evitará el consumo de alcohol.

A nivel profesional es importante que cuando la persona pida ayuda para dejar el alcohol se puedan valorar todos sus factores biológicos, psicológicos y sociales para poder hacer un enfoque integral y biopsicosocial que sea adaptado y personalizado a las necesidades de cada paciente. 

¿Cuándo se plantea un tratamiento en régimen ambulatorio y cuando es necesario un ingreso de un centro?

Podemos distinguir dos tipos de tratamientos para abordar una adicción al alcohol; el primero sería en régimen ambulatorio y el otro en régimen de ingreso. 

Por una parte el tratamiento ambulatorio permite poder ofrecer ayuda para que la persona deje el consumo y comprenda cuales són los detonantes de adicción, así como para que trabaje los elementos necesarios para poder mantener la abstinencia sin alejarse de su contexto habitual. De esta manera trabajar este proceso de deshabituación con la intención que la persona sea más feliz sin alcohol. En este planteamiento ambulatorio se intenta que la persona por sí misma con esta ayuda externa pueda ser capaz de reducir y acabar con el consumo yendo a terapias individuales y/o grupales, así como, que pueda garantizar la abstinencia de manera continuada y frente a cualquier circunstancia. 

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En ciertos casos esta ayuda a nivel ambulatorio en qué no hay un ingreso sino que se sigue haciendo una vida normal realizando estas terapias paralelamente no es suficientemente eficaz. 

Hay tres situaciones que implican que un ingreso sea quizás la mejor opción: 

  1. La primera cuestión a tener en cuenta, es que no se esté consiguiendo la abstinencia. En ocasiones solo se plantea un ingreso si se demuestra que con las ayudas ambulatorias el paciente no es capaz de mantenerse abstinente. Entonces sería necesario tener un entorno protector que permita a la persona facilitar el proceso de desintoxicación. 
  1. La segunda razón por la cual a veces está indicado un ingreso es para proteger algunas situaciones como relaciones personales o laborales que se han visto muy comprometidas a causa del consumo. A veces poner distancia con el ingreso permite revalorar estas relaciones y retomarlas con un planteamiento nuevo focalizado en cuidarlas. 
  1. La tercera indicación de un ingreso sería la posibilidad de hacer un trabajo mucho más intensivo con uno mismo. En régimen de ingreso hay la ventaja de poder observar al paciente durante 24 horas al día, lo que nos permite adquirir mucha más información con la que trabajar. Por lo cual permite realizar una intervención más intensa y con más continuidad. 

La combinación de estos tres factores indica la necesidad e importancia de realizar un ingreso. 

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Dr. Xavier Fàbregas

Médico especializado en adicciones y salud mental, con más de 37 años de experiencia. Ver perfil completo