En España, solo la mitad de las personas que sufren piden ayuda profesional. La otra mitad aprende a vivir con esta pesadez.
Señales para saber detectar falta de apoyo psicológico
A menudo uno no pide ayuda profesional, aunque sabe que está mal, porque no sabe cuándo es el momento de hacerlo y si le van a poder ayudar. Te vamos a dar 6 claves para saber cuándo necesitas ayuda profesional.
1. Desde hace meses siento mucho cansancio y no tengo ganas de hacer nada.
Hace tiempo que siento que tengo poca energía. He intentado dormir más pero sigo sin quitarme el cansancio de encima. Cuando me levanto me veo incapaz de afrontar el día. Cuando puedo, o si pudiera, me paso todo el día en la cama sin ganas de salir. Actividades cotidianas que antes me resultaban sencillas ahora me resultan difíciles. Tengo la sensación que cosas simples me sobrepasan con facilidad.
2. Mis emociones interrumpen en mi día a día.
Siento emociones de tristeza o rabia que me acompañan gran parte del día, con intensidad notable, y que me impiden vivir con normalidad. Estas son las dos principales, aunque puede haber otras emociones, como el miedo o la apatía, que también sean invalidantes.
En el caso de la tristeza, me entran ganas de llorar en lugares inadecuados, soy incapaz de terminar conversaciones ya que a menudo termino llorando sin saber porqué. Siento un vacío y desesperanza dentro de mí que no sé entender, y tampoco sé a qué se deben.
En el caso de la rabia, la gente de mi entorno me dice que mi humor es más agrio y desagradable. Últimamente salto con facilidad, y he tenido fuertes discusiones con varias personas de mi entorno (trabajo, familia, etc). Me enfado por cosas que antes toleraba y llego a pensar que las personas con las que me relaciono son incompetentes.
3. He intentado hacer cosas para estar bien, pero sigo igual.
He intentado hacer actividades para salir de esta situación (deporte, salir más, quedar con amistades, etc.), sin embargo sigo estando mal. He probado terapias alternativas para mejorar mi día a día pero sigo sin ver resultados. He hecho psicoterapia o tomado medicación pero no ha servido.
4. He dejado de quedar con mis amistades y de hacer actividades en mi tiempo libre.
El día a día, el cansancio y la desidia han hecho que dejara de ver y tener contacto con mis amistades. Habitualmente pongo excusas aunque pueda quedar. El deporte ha quedado en un segundo plano: antes solía hacer alguna actividad física varios días a la semana (caminar, correr, bicicleta, etc.) pero cada vez he tenido menos ganas y energía, no me apetece. He dejado de quedar con amistades y practicar deporte para hacer actividades menos importantes, como ver la televisión o simplemente quedarme en casa sin hacer nada.
5. He dejado de cuidar mi higiene personal.
Desde hace un tiempo no me importa mi imagen personal ni cómo me puedan ver los demás. Incluso puedo pasar varios días sin ducharme. Cuando me tengo que vestir escojo las primeras prendas que encuentro. Uso la misma ropa durante días por pereza de poner una lavadora (o por falta de energía). He recibido comentarios de personas de mi entorno sobre mi falta de higiene y aspecto desaliñado y no me importan, o justifico que no estoy de humor para cambiar.
6. Mi malestar y sufrimiento están afectando a más de un área de mi vida.
Mi situación está afectando a distintos ámbitos de mi vida (laboral, amistades, pareja, familia, ocio, etc.). No me reconozco ni delante de la familia ni de las amistades; en el ámbito laboral he empezado a rendir menos y he tenido encontronazos y malas palabras con algún compañero, y me han empezado a llamar la atención; ya no hago actividades para disfrutar y pasarlo bien. Tampoco tengo la sensación de tener un refugio donde poder estar bien o, como mínimo, no estar tan mal.
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