Autor: Xavier Fàbregas
Las personas que reciben un tratamiento con benzodiacepinas (por ejemplo: diazepam) no pueden tomar alcohol, ya que la mezcla de estas dos sustancias puede tener consecuencias muy graves en el organismo con un elevado riesgo de muerte.
Las benzodiazepinas y el alcohol tienen los mismos efectos sedantes centrales, las dos son drogas consideradas depresoras del sistema nervioso central, es decir que provoca una ralentización de la actividad cerebral.
No, ya que la mezcla de benzodiacepinas y sustancias depresoras como es el alcohol puede provocar que se incrementen los efectos de ambas, incluso llegando a multiplicar el riesgo de efectos adversos con dosis moderadas.
La mezcla de ambas sustancias puede provocar síntomas como confusión y desorientación, mareos, vómitos, somnolencia, disminución de la capacidad de reacción, disminución significativa de la frecuencia cardíaca y respiratoria, derrames cerebrales y en dosis elevadas puede llegar a provocar incluso la muerte.
Los efectos secundarios del diazepam incluyen:
El alcohol puede afectar de diferentes maneras al sistema nervioso:
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