Toda vida humana está dotada de un gran potencial, el cual necesita ser conducido en una dirección determinada, a una velocidad adecuada y con la suficiente cordura y sabiduría. Casi nada!
De qué nos sirve la inteligencia o la fuerza física si no tenemos un buen plan?
A menudo transitamos por la vida sin rumbo, sin destino, y entonces el plan es, simplemente, sobrevivir…
Para tener rumbo, deberemos conocernos, saber de nuestros gustos, deseos, valores y prioridades, entre otras cosas.
Nuestro YO nos habrá de conducir por la vida conciliando diferentes necesidades y realidades.
Os recomendamos el enlace a “La alegoría del carruaje” de Jorge Bucay, un pequeño cuento que ilustra magníficamente esta cuestión.
http://www.elixiresparaelalma.com.ar/blog/2009/07/15/cuento-de-jorge-bucay-la-alegora-del-carruaje/