Falgons, 27 de marzo 2017
Querida Bene,
hemos venido hoy aquí para que tu recuerdo vuelva a estar vivo. Nos hemos reunido para reencontrarnos contigo en el lugar en donde pasaste tus últimos días. Aquí estuviste luchando por la vida con el miedo de la muerte acechándote en cada pensamiento.
Compartimos contigo, juntos, esos momentos de incertidumbre, con la inquietud que sentías ante la posibilidad de tu propia ausencia. Aquí, en este entorno natural, nos encontrábamos cada cual luchando por su vida. Aquí, en Mas Ferriol, en donde los duendes no duermen solos y nos invitan a despertar los sentimientos más profundos, aquí en donde las luciérnagas nos muestran caminos desconocidos aprendimos sin consuelo a ser quien somos.
Querida Bene, nos reunimos hoy para cumplir con el ritual sagrado de darte descanso y paz, para que el árbol de la vida arraigue profundamente en tu recuerdo. Fuimos cómplices de tus quehaceres y observadores de tus memorias. Fuimos reflejo de tus temores y partícipes de tu historia. Hoy plantamos el limonero para hacer honor a tu paso por esta tierra, para dejar constancia de la sonrisa que has dejado en nuestro corazón y para que el tiempo vivido a tu lado dé sus frutos.
Querida Bene, hasta siempre.