¿Qué es el trastorno bipolar?
El trastorno bipolar es una de las patologías graves dentro de las posibles en salud mental. Se trata de un trastorno que tiene que ver con el estado de ánimo y se caracteriza por la aparición de al menos un episodio depresivo y al menos un episodio maníaco o hipomaníaco a lo largo de la vida.
Estos episodios no serían momentos puntuales sino una expresión continuada de síntomas típicamente depresivos como pueden ser:
- La falta de ilusión
- La tristeza, El pensamiento de ruina
- Las ideas suicidas
- La falta de energía
- La anhedonia (no disfrutar de las cosas con las que antes se disfrutaba)
Estos síntomas comentados serían los más habituales en un trastorno depresivo mientras que la etapa maníaca, viene más marcada por una sensación de euforia y de energía desbordante.
En los episodios maníacos, los cambios más evidentes a nivel de comportamiento son por ejemplo la locuacidad, el hablar con “todo el mundo”, las indiscreciones, las compras compulsivas, los consumos de sustancias, la hipersexualidad y otro síntoma muy característico es la disminución de las horas de sueño sin la sensación de cansancio el día siguiente.
Ambos episodios se alternan con etapas en los que el estado de ánimo se encuentra estabilizado. Los cambios anímicos suponen una grave distorsión del día a día de los pacientes por lo que es importante que el tratamiento se haga a partir de una psicoeducación. Es decir, proporcionar al paciente y a sus familiares, los conocimientos de las características del trastorno para poder abordarlas.
Por otra parte, es importante destacar que en la fase maníaca o hipomaníaca, la sensación de energía desbordante complica los tratamientos al sentir que uno está muy bien y que no necesita ayuda de un profesional. Por tanto, es muy habitual que los pacientes bipolares tarden mucho en ser diagnosticados ya que suelen acudir al médico en las fases depresivas y en consecuencia sean diagnosticados solamente como pacientes con una depresión.
Hacer un buen diagnóstico del trastorno bipolar es especialmente importante para el tratamiento farmacológico al tener que prever la posibilidad de hacer un viraje, es decir un cambio desde la fase depresiva a la fase maníaca que es la que distorsionará más gravemente el comportamiento del paciente
Tratamiento del Trastorno Bipolar
El tratamiento del trastorno bipolar requiere la utilización de medicación.
Por una parte, es necesario el tratamiento farmacológico para la compensación de los episodios depresivos o maníacos. Por otra parte, también es necesario un tratamiento farmacológico a largo plazo con medicamentos específicos, llamados eutimizantes, para prevenir la aparición de nuevas crisis. La eutimia sería el estado de ánimo equilibrado y es el objetivo a conseguir dentro del tratamiento de una bipolaridad.
Es importante resaltar que los medicamentos utilizados en fase aguda, deben de ser revisados al cabo de poco tiempo.
Por ejemplo: El uso de antidepresivos puede ser imprescindible durante el tratamiento de las fases depresivas pero, si se prolonga y se sigue tomando durante demasiado tiempo, una vez el paciente ya ha llegado al punto del equilibrio, el hecho de seguir utilizando dosis altas de antidepresivos podría provocar una fase maníaca.
Lo mismo ocurre con los antipsicóticos, medicamentos que se utilizan habitualmente durante las fases maníacas para estabilizar el estado de ánimo. Si se siguen utilizando más allá de ese punto de equilibrio, pueden dar lugar a una crisis depresiva.
Así pues, es importante que los tratamientos farmacológicos de este trastorno sean revisados frecuentemente para poder ajustar la medicación a las necesidades de cada caso.
Trastorno bipolar y consumo de drogas
Es posible que dentro de las consecuencias del trastorno bipolar se encuentre el uso y el abuso de sustancias. Es habitual que en las fases eufóricas, en las que hay una disminución de las capacidades de juicio y en consecuencia más conductas de riesgo, exista un descontrol del comportamiento que puede llevar al consumo de sustancias especialmente en contextos sociales en el que uno está más expansivo, animado y comunicativo.
En las fases depresivas, esa sensación de estar peor de lo que uno había experimentado, hace que se utilicen ciertas drogas para compensar los síntomas de tristeza y de malestar.
Durante esta fase, es bastante habitual el abuso de estimulantes porque un primer momento serían una forma de automedicación para superar ese estado de ánimo depresivo
Alcohol y trastorno bipolar
El alcohol también es una de las drogas que se utilizan en una primera fase por su efecto exaltador del estado de ánimo, de desinhibición o de anestesia de esos sentimientos negativos, lo que puede conllevar a que las personas empiecen una etapa de abuso ya que no saben cómo manejar una situación que viene sin una explicación lógica.
Ansiolíticos y bipolaridad
Por último, también es muy habitual el abuso de ansiolíticos, sustancias que inicialmente fueron indicadas para otros motivos, convirtiéndose así en un problema añadido dentro del proceso de esta patología.
Si sientes que necesitas ayuda de un profesional sanitario para tratar tu caso o el de un familiar, puedes contactarnos directamente por teléfono, 872 213 970, o bien mandarnos un email a info@masferriol.com